Plaza de la República
En las proximidades de Av. Chapultepec y Juan Manuel, se levanta imponente la Plaza de la República, la cual fue construida para conmemorar el centenario del triunfo de la República en el año de 1967. La obra ocupó buena parte del jardín que los tapatíos llamaron del padre Buzeta. Este padre franciscano fue quien introdujo el agua a la ciudad.
En este antiguo jardín se levantó un obelisco con base de cantera y torre de ladrillo y concreto, los tapatíos llamaron a este lugar como Fray Pedro Buzeta.
Este gran obelisco se erigió para honrar la memoria del general revolucionario Andrés Figueroa, poco después de su muerte. Esta plaza tiene un trazo triangular, se divide en siete secciones y termina en un banquetón de labrados adoquines.
Al chocar con la Av. de las Américas, contiene dos fuentes, un bello jardín circundado por cantera y del mismo material se hicieron las jardineras que flanquean una de sus áreas y alberga cómodas bancas
En la mayor de las siete secciones, se levanta una de las más hermosas esculturas que, en México, representan a la Madre Patria. Esta es una figura muy femenina de sensuales y pronunciadas curvas, semi descubiertas por larga túnica de suaves pliegues adheridos al cuerpo; tiene su brazo derecho en alto y en su mano izquierda la bandera nacional. Está fabricada toda de bronce, sobre un pedestal de cantera con el escudo patrio al centro y un asta-bandera a sus espaldas. Esta bella Madre Patria fue obra del escultor Juan José Méndez.
Frente a esta imponente escultura se encuentran 32 estelas con nichos de cantera que contienen los emblemas heráldicos, de las entidades federativas del país, desde Baja California hasta Yucatán. Como dato curioso, por la forma de las estelas que en un hueco tienen el escudo de cada estado, el ingenio de la gente tapatía las bautizó como «los mingitorios».